lunes, 17 de octubre de 2011

Perdón y reconciliación son semilla de auténtica reforma en la Iglesia, dice el Papa Benedicto XVI

VATICANO, 25 Sep. 10 / 09:48 am (ACI)

Al recibir este mediodía a los prelados de la Regional Este 1 de la Conferencia de Obispos Católicos de Brasil en visita ad limina, el
 Papa Benedicto XVI señaló que la crisis espiritual que se vive actualmente en la Iglesia y en la sociedad, y que afecta particularmente a los jóvenes, radica en el "olvido", en el haber dejado de lado el don del perdón y la reconciliación, que es la semilla de la verdadera reforma en la Iglesia.
En el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, el Santo Padre saludó de manera especial a los católicos de Río de Janeiro y Nitéroi, y comentó, ante la preocupación por la situación de los jóvenes que los obispos le presentaron en sus coloquios, que sería muy difícil convencer a alguien de la juventud de la Iglesia si no se ve en ella a la generación de jóvenes de hoy.
En este contexto, señala la nota de Radio Vaticano, Benedicto XVI recordó que su predecesor Juan Pablo II, confiado en la providencia divina que amorosamente preside los destinos de la historia no cesó de preparar los tiempos futuros, y en el año 2000, en la vigilia de oración de la XVI Jornada Mundial de la Juventud llamó a los jóvenes"los centinelas del mañana".
El Santo Padre recordó en particular, las largas filas de jóvenes que en el Circo Massimo, esperaban para confesarse dando a muchos sacerdotes la confianza en el sacramento de la penitencia. Y en este contexto, el Papa subrayó que el núcleo de la crisis espiritual de nuestro tiempo tiene sus raíces en el oscurecimiento de la gracia del perdón.
"Cuando el perdón no es reconocido como real y eficaz se tiende a liberar a la persona de la culpa, haciendo que las condiciones para su posibilidad de ser perdonada nunca se realice. Pero, en lo más íntimo, las personas así liberadas de su culpa, saben que no es verdad y que el pecado existe y que ellas mismas son pecadoras".
El Santo Padre se refirió luego a algunas tendencias de la sicología que tienen grandes dificultades para admitir que, "algunos sentimientos de culpa, pueden ser debidos a una verdadera culpa, y que quienes fríamente no prueban sentimientos de culpa ni siquiera cuando deben, necesitan por todos los medios recuperarlos, porque en el orden espiritual son necesarios para la salud del alma".
"De hecho –precisó– Jesús vino a salvar, no a aquellos que ya se liberaron por sí mismos pensando que no tienen necesidad de Él, sino a cuantos sienten que son pecadores y necesitan de Él.
El Papa afirmó que "necesitamos el perdón que constituye la semilla de toda verdadera reforma, rehaciendo a la persona en lo más íntimo y haciéndose también el centro de la renovación de la comunidad".
"Solamente a partir de esta profunda renovación del individuo es que nace la Iglesia, nace la comunidad que une y sustenta en la vida y en la muerte. Y a medida que se realiza esta purificación, al principio ardua, se va haciendo cada vez más jubilosa. Esta alegría debe revelarse cada vez más en la Iglesia contagiando al mundo porque ella es la juventud del mundo".
Al despedirse de los obispos de Brasil, Benedicto XVI les pidió que llevaran su saludo y afecto a los jóvenes, sacerdotes, religiosos y laicos, y los confió a la protección de Nuestra señora de Aparecida, impartiendo su Bendición Apostólica.

martes, 2 de agosto de 2011

Una iraní que quedó ciega al ser atacada con ácido renuncia a que se aplique a su agresor la ley del Talión



Un pretendiente despechado había sido condenado a sufrir la misma pena que infligió a su víctima y sólo ella podía pedir que se le conmutara
ÁNGELES ESPINOSA | Dubái 31/07/2011
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La presión internacional ha logrado que Ameneh Bahramí, una mujer iraní a la que un pretendiente despechado dejó ciega al arrojarle ácido a la cara, renunciara en el último momento a la ley del Talión. De acuerdo con la legislación iraní, el responsable de tal atrocidad, Majid Mohavedí, había sido condenado a sufrir la misma pena que infligió a su víctima y sólo ella podía pedir que se le conmutara. Bahramí solicita a cambio que el agresor la compense con 150.000 euros para financiar su tratamiento médico.
A FONDO
Capital: Teherán.
Gobierno: República Teocrática.
Población: 65,875,224 (est. 2008)
La noticia en otros webs
"Todo estaba listo para llevar a cabo la pena sobre los ojos de Majid, pero Ameneh le ha perdonado cuando estábamos a punto de ejecutarla", anunció el fiscal general de Teherán, Abbas Yafarí Dolatabadí, citado por la agencia semioficial Isna. El responsable judicial alabó la decisión de la mujer como "un acto valiente". La televisión iraní mostró imágenes de la mujer en una sala de hospital con su agresor arrodillado a la espera de que ella le echara unas gotas de ácido en los ojos. Mohavedí lloraba y decía que Bahramí había sido "muy generosa".
"Durante siete años he tratado de conseguir que se cumpla la ley del Talión [qisas en la ley islámica], pero hoy he decidido perdonarle", declaró Bahramí. La mujer dio a entender que el revuelo internacional despertado por su caso había pesado en su decisión. "Daba la impresión de que todo el mundo estaba esperando a ver lo que hacíamos", señaló.
Bahramí, de 32 años, perdió la vista en los dos ojos en 2004, cuando Mohavedí, despechado porque había rechazado sus insistentes propuestas de matrimonio, le destrozó la cara al atacarla con ácido. El agresor fue detenido y, cuatro años después, un tribunal le condenó a ser privado de la vista, en aplicación del bíblico "ojo por ojo y diente por diente" que la interpretación iraní de la sharía (ley islámica) mantiene de forma literal.
La crueldad de la condena desató una campaña de Amnistía Internacional y otras organizaciones de defensa de los derechos humanos. El régimen iraní, cuya imagen está por los suelos tras la represión de las protestas por la reelección de Mahmud Ahmadineyad y la condena a morir lapidada contra Sakineh Ashtianí, se ha mostrado sin duda sensible a esa movilización. Las autoridades judiciales suspendieron la ejecución de la sentencia el pasado 14 de mayo sin explicar los motivos y, desde entonces, han presionado a Bahramí para que perdonara a su agresor, según ha relatado ella misma.
A lo que no renuncia, y así lo ha dicho claramente en varias ocasiones, es a lo que en la legislación islámica se conoce como "precio de sangre", una compensación económica que le resarza del sufrimiento que ha padecido. Bahramí, que lleva cerca de una veintena de operaciones y cuyo rostro aún está desfigurado, pide que Mohavedí le pague 150.000 euros para costear el necesario tratamiento.
Mientras no pueda cumplir ese requisito, el hombre no podrá salir de la cárcel, donde ya ha cumplido 7 de los 12 años a que fue condenado. Su abogado ha dicho con anterioridad que esa es una cifra inalcanzable para él porque el único activo del que dispone su familia es una casa en Teherán.
Por otra parte, el domingo también se celebró en la capital iraní la tercera y última vista del juicio contra tres excursionistas estadounidenses que justo hace dos años fueron detenidos en la frontera con Irak. Shane Bauer, Josh Fattal y Sarah Shourd (que fue liberada bajo fianza el pasado septiembre) han defendido desde el principio que se extraviaron cuando hacían senderismo. Pero las autoridades iraníes, que no desaprovecha cualquier ocasión de azuzar sus malas relaciones con EE UU, les acusan de entrada ilegal en el país y de espionaje, un cargo que puede castigarse con la pena de muerte y que los tres han rechazado.
Su abogado, Masoud Shafi, que no había podido reunirse con ellos desde su anterior comparecencia ante el juez el pasado 6 de febrero, expresó su confianza en que haya una sentencia favorable en el plazo de una semana. Amnistía Internacional ha denunciado el proceso de "parodia de justicia". En un signo de las intenciones del régimen de Teherán, la televisión estatal volvió a airear este domingo el caso de varios iraníes detenidos por diversas causas en EE UU.

 

miércoles, 13 de julio de 2011

Tratamiento de quince minutos para el Perdón

MEDITALO..... (Artículo de JQ HOY Jueves en el periódico El Observador de Medellín)

Dr. JQ, Psicólogo Clínico, especialista en PsicoNeuroInmunoEndocrinología VoluntarioSinFronteras –Proyectos de Apoyo Humano- Colombia www.proyectojq.com Teléfono 2535139


 

Muchos de los síntomas que presentan la gran mayoría de las personas, como estrés, tensión, ansiedad, depresión, insomnio, mal genio, se debe fundamentalmente a la falta de perdón, bien sea para consigo mismo o para con los demás.

Una buena opción para disminuir estos síntomas es practicando los siguientes pasos una vez al día por 21 días.

1. Asume una posición cómoda y descansada, sentado o acostado.

2. Afirma tres veces, en voz alta o en silencio, descansando por un momento entre las afirmaciones: Dios es la vida en mí.

3. Afirma tres veces, en voz alta o en silencio, descansando por un momento entre las afirmaciones: Ahora dejo ir todo sentimiento, reconocido o no, de temor, resentimiento, condenación, envidia, desconfianza, odio o cualquier otro sentimiento o pensamiento nocivo acerca de mí mismo o de los demás, o cualquier cosa que ellos o yo hayamos dicho, pensado o hecho. Me perdono y perdono a los demás por todo y me amo y me bendigo, y amo y bendigo a los demás.

4. Afirma tres veces, en voz alta o en silencio y descansando por un momento entre las afirmaciones: El amor divino ahora disuelve y disipa toda condición nociva en mi mente, cuerpo y en mis relaciones personales.

5. Ahora visualiza detalladamente y en color la escena más bella y serena que puedas. Involucra a todos tus sentidos y permite que el sentimiento de unidad completa con Dios y el universo llenen tu ser. Siente que te disuelves en la escena.

6. Poco a poco, permite que el sentimiento se convierta en luz que corre por tus sistemas circulatorio y nervioso. Ve la luz fluyendo de cada rincón oscuro. Utiliza la luz blanca o de algún color específico, o simplemente permite que la luz sea del color determinado por tu mente subconsciente.

7. Si sabes qué área específica de tu cuerpo necesita curación, concentra gradualmente la luz allí y permite que permanezca tanto como sea necesario.

8. Poco a poco, aparta la atención de la luz al afirmar tres veces, en voz alta o en silencio, descansando en silencio un momento entre las afirmaciones: Dios es vida. Yo soy uno con Dios. Yo soy uno con la vida. Gracias, Dios, por la vida perfecta. En el nombre y por medio del poder de Jesucristo, el gran Médico. Después de la última afirmación, di Amén.

9. Descansa en silencio y sin pensamientos conscientes por lo menos durante un minuto. Por supuesto, puedes utilizar afirmaciones tuyas que tengan el mismo significado que las que se dieron en las instrucciones. Las palabras no importan mientras te ayuden a dejar ir pensamientos o sentimientos de falta de perdón que pueden haber bloqueado el libre fluir del amor y la vida sanadora de Dios.


 

Jesús recomendó perdonar antes de orar; así, omitiendo el paso 7, el tratamiento de quince minutos puede ser usado simplemente para aclarar la conciencia de sentimientos y pensamientos nocivos insospechados. Todavía será una técnica de oración, pero estará más involucrada con la psique o el alma que con el cuerpo.

jueves, 2 de junio de 2011

Benedicto XVI: “el perdón es renovación y transformación”

Hoy en la Audiencia General

CIUDAD DEL VATICANO; miércoles 1 de junio de 2011 (ZENIT.org).- A continuación ofrecemos el discurso que el Santo Padre Benedicto XVI ha dirigido a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, durante la Audiencia General, continuando con el ciclo de catequesis sobre la oración.

* * * * *

Queridos hermanos y hermanas,

Leyendo el Antiguo Testamento, una figura destaca entre otras: la de Moisés, como hombre de oración. Moisés, el gran profeta y guía en el tiempo del Éxodo, ejerció su función de mediador entre Dios e Israel, haciéndose portador, hacia el pueblo, de las palabras y mandatos divinos, conduciéndolo hacia la libertad de la Tierra Prometida, enseñando a los israelitas a vivir en la obediencia y en la confianza hacia Dios, durante la larga estancia en el desierto, pero también, sobre todo, rezando. Reza por el Faraón cuando Dios, con las plagas, intentaba convertir el corazón de los egipcios (cfr Ex 8–10); pide al Señor la curación de la hermana María, enferma de lepra (cfr Nm 12,9-13), intercede por el pueblo que se había rebelado, aterrorizado por el informe de los exploradores (cfr Nm 14,1-19), reza cuando el fuego estaba devorando el campamento (cfr Nm 11,1-2) y cuando serpientes venenosas estaban haciendo una masacre (cfr Nm 21,4-9); se dirige al Señor y reacciona protestando cuando el peso de su misión se hizo demasiado pesado (cfr Nm 11,10-15); ve a Dios y habla con Él "cara a cara, como uno habla con su amigo" (cfr Ex 24,9-17; 33,7-23; 34,1-10.28-35).

También cuando el pueblo, en el Sinaí, pide a Aarón hacer un novillo de oro, Moisés reza, explicando de modo emblemático su propia función de intercesor. El episodio está narrado en el capítulo 32 del Libro del Éxodo y tiene un relato paralelo en el Deuteronomio en el capítulo 9. Es en este episodio donde quisiera detenerme en la catequesis de hoy, en particular en la oración de Moisés que encontramos en la narración del Éxodo. El pueblo se encontraba a los pies del Monte Sinaí, mientras Moisés, en la cima del monte, esperaba el don de las Tablas de la Ley, ayunando durante cuarenta días y cuarenta noches (cfr Ex 24,18; Dt 9,9). El número cuarenta tiene un valor simbólico y significa la totalidad de la experiencia, mientras que con el ayuno se indica que la vida viene de Dios, es Él el que la sostiene. El hecho de comer, de hecho, implica la asunción del alimento que nos sostiene; por esto ayunar, renunciando a la comida, adquiere, en este caso, un significado religioso: es un modo de indicar que no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca del Señor (cfr Dt 8,3). Ayunando, Moisés, indica que espera el don de la Ley divina como fuente de vida: esta desvela la voluntad de Dios y nutre el corazón del hombre, haciéndole entrar en una Alianza con el Altísimo, que es fuente de vida, es la vida misma.

Pero, mientras el Señor, sobre el monte, da a Moisés la Ley, a los pies del mismo el pueblo la desobedece. Incapaces de resistir en la espera y la ausencia del mediador, los israelitas piden a Aarón: Fabrícanos un Dios que vaya al frente de nosotros, porque no sabemos qué le ha pasado a Moisés, ese hombre que nos hizo salir de Egipto" (Ex 32,1). Cansado de un camino con un Dios invisible, ahora que Moisés, el mediador, ha desaparecido, el pueblo pide una presencia tangible, palpable, del Señor, y encuentra en el becerro de metal fundido hecho por Aarón, un dios que se hace accesible, manipulable, al alcance del hombre. Esta es una tentación constante en el camino de la fe: eludir el misterio divino construyendo un dios comprensible, que corresponda a los propios esquemas, a los propios proyectos. Todo lo que sucede en el Sinaí muestra toda la necedad y vanidad ilusoria de esta pretensión porque, como afirma irónicamente el Salmo 106, "así cambiaron su Gloria por la imagen de un toro que come pasto" (Sal 106,20).

Por esto el Señor reacciona y ordena a Moisés que descienda del monte, revelándole lo que el pueblo está haciendo y terminando con estas palabras: "Por eso, déjame obrar: mi ira arderá contra ellos y los exterminaré. De ti, en cambio, suscitaré una gran nación" (Ex 32,10). Como con Abraham con respecto a Sodoma y Gomorra, también ahora Dios desvela a Moisés lo que pretende hacer, como si no quisiese actuar sin su consentimiento (cfr Am 3,7). Dice: "mi ira arderá contra ellos". En realidad, este "mi ira arderá contra ellos" lo dice para que Moisés intervenga y le pida que no lo haga, revelando así que el deseo de Dios es siempre de salvación. Como para las dos ciudades en tiempos de Abraham, el castigo y la destrucción, con los que se expresa la ira de Dios como rechazo del mal, indican la gravedad del pecado cometido; al mismo tiempo, la petición del intercesor pretende manifestar la voluntad de perdón del Señor. Esta es la salvación de Dios, que implica misericordia, pero que siempre denuncia la verdad del pecado, del mal que existe, así el pecador, reconociendo y rechazando el propio mal, pueda dejarse perdonar y transformar por Dios. La oración de intercesión hace operativa de esta manera, dentro de la realidad corrupta del hombre pecador, la misericordia divina, que encuentra su voz en la súplica del que reza y se hace presente a través de él donde hay necesidad de salvación.

La súplica de Moisés se centra en la fidelidad y la gracia del Señor. Este se refiere primero a la historia de redención que Dios ha comenzado con la salida de Israel, para después recordar la antigua promesa hecha a los Padres. El Señor ha logrado la salvación liberando a su pueblo de la esclavitud egipcia; ¿por qué entonces -pregunta Moisés-"tendrán que decir los Egipcios: 'El los sacó con la perversa intención de hacerlos morir en las montañas y exterminarlos de la superficie de la tierra?'" (Ex 32,12). La obra de salvación que se ha comenzado debe ser completada; si Dios hiciese perecer a su pueblo, esto podría ser interpretado como el signo de una incapacidad divina de llevar a cumplimiento el proyecto de salvación. Dios no puede permitir esto: Él es el Señor bueno que salva, el garante de la vida, es el Dios de misericordia y de perdón, de liberación del pecado que mata. Y así Moisés apela a Dios, a la vida interior de Dios contra la sentencia exterior. Pero entonces, argumenta Moisés con el Señor, si sus elegidos perecen, aunque si son culpables. Él podría parecer como incapaz de vencer al pecado. Y esto no se puede aceptar. Moisés ha tenido una experiencia concreta del Dios de salvación, y ha sido enviado como mediador de la liberación divina y reza con su oración, se hace intérprete de una doble inquietud, preocupado por la suerte de su pueblo, pero además está también preocupado por el honor que se debe al Señor, por la verdad de su nombre. El intercesor quiere, de hecho, que el pueblo de Israel se salve, porque es el rebaño que se le ha confiado, pero también para que en esa salvación se manifieste la verdadera realidad de Dios. Amor por los hermanos pero también por Dios que se complementan en la oración de intercesión, son inseparables. Moisés, el intercesor, es el hombre dividido entre dos amores, que en la oración se unen en un único deseo de bien.

Después, Moisés apela a la fidelidad de Dios, haciéndole recordar sus promesas: "Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Jacob, tus servidores, a quienes juraste por ti mismo diciendo: 'Yo multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo, y les daré toda esta tierra de la que hablé, para que la tengan siempre como herencia'" (Ex 32,13). Moisés hace memoria de la historia fundadora de los orígenes, de los Padres del pueblo y de su elección, totalmente gratuita, en la que sólo Dios había tenido la iniciativa. No por sus méritos, ellos recibieron la promesa, sino por la libre elección de Dios y de su amor" (cfr Dt 10,15). Y ahora, Moisés pide que el Señor continúe fiel a su historia de elección y de salvación perdonando a su pueblo. La intercesión no excusa el pecado de su gente, no enumera presuntos méritos ni del pueblo ni suyos, pero si apela a la gratuidad de Dios: un Dios libre, totalmente amor, que no cesa de buscar al que se aleja, que permanece siempre fiel a sí mismo y que ofrece al pecador la posibilidad de volver a Él y convertirse, con el perdón, en justo y capaz de ser fiel. Moisés pide a Dios que se muestre más fuerte que el pecado y que la muerte, y con su oración provoca esta revelación divina. Mediador de vida, el intercesor se solidariza con el pueblo; deseoso sólo de la salvación que Dios mismo desea, el renuncia a la perspectiva de convertirse en un nuevo pueblo agradecido al Señor. La frase que Dios le había dirigido, "de ti, en cambio, suscitaré una gran nación", no es, ni siquiera, tomada en consideración por el "amigo" de Dios, que sin embargo está preparado para asumir, no sólo, la culpa de su gente, también todas sus consecuencias. Cuando, después de la destrucción del becerro de oro, vuelva al monte de nuevo, a pedirle la salvación de Israel, dirá al Señor: "¡Si tú quisieras perdonarlo, a pesar de esto...! Y si no, bórrame por favor del Libro que tú has escrito" (v.32). Con la oración, deseando el deseo de Dios, el intercesor entra cada vez más profundamente en el conocimiento del Señor y de su misericordia y se hace capaz de un amor que llega hasta el don total de sí mismo. En Moisés, que está en la cima del monte cara a cara con Dios y que se hace intercesor por su pueblo, se ofrece a sí mismo - "bórrame" -, los Padres de la Iglesia han visto una prefiguración de Cristo, que en la alta cima de la cruz realmente esta delante de Dios, no sólo como amigo sino como Hijo. Y no sólo se ofrece - "bórrame" -, sino que con su corazón traspasado se hace "borrar", se convierte, como dice el mismo san Pablo, en pecado, lleva consigo nuestros pecados para salvarnos a nosotros: su intercesión no es sólo solidaridad, sino que se identifica con nosotros: nos lleva a todos en su cuerpo. Y así toda la existencia de hombre y de Hijo es el grito al corazón de Dios, es perdón, pero un perdón que transforma y renueva.

Creo que debemos meditar esta realidad. Cristo está delante del rostro de Dios y reza por mí. Su oración en la Cruz es contemporánea a todos los hombres, contemporánea a mí: Él reza por mí, ha sufrido y sufre por mí, se ha identificado conmigo tomando nuestro cuerpo y el alma humana. Y nos invita a entrar en su identidad, haciéndonos un cuerpo, un espíritu con Él, porque desde la alta cima de la Cruz, Él no ha traído nuevas leyes, tablas de piedra, sino que se ha traído a sí mismo, su cuerpo y su sangre, como nueva alianza. Así nos hace consanguíneos a Él, un cuerpo con Él, identificado con Él. Nos invita a entrar en esta identificación, a estar unidos a Él en nuestro deseo de ser un cuerpo, un espíritu con Él. Oremos al Señor para que esta identificación nos transforme, nos renueve, porque el perdón es renovación y transformación.

Querría terminar esta catequesis con las palabras del apóstol Pablo a los cristianos de Roma: "¿Quién podrá acusar a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica.¿Quién se atreverá a condenarlos? ¿Será acaso Jesucristo, el que murió, más aún, el que resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros?¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? [...]ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados [...] ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor" (Rm 8,33-35.38.39)

[En español dijo]

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los de la parroquia de San Juan Evangelista, de Madrid, así como a los demás grupos provenientes de España, Argentina, Ecuador, México y otros países latinoamericanos. Que el Señor nos ayude a comprender en la oración su designio gratuito de salvación, que ha llegado a su culminación en el don de su Hijo, Jesucristo, para que siguiendo su ejemplo demos la vida por los demás, sin esperar nada a cambio. Muchas gracias.

[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez

©Libreria Editrice Vaticana]

martes, 31 de mayo de 2011

También sufre por la vida quien asesina

También sufre por la vida quien asesina
GLADYS PÉREZ DI Vito, estudiosa de los jóvenes inmersos en el conflicto colombiano, reclama para estos muchachos proyectos de descontaminación social.



José Guillermo Palacio/ Medellín / Publicado el 29 de mayo de 2011

Cortesía /En Nueva York, Gladys Pérez Di Vito (centro) trabaja con grupos vulnerables. Una actividad similar realizaba en Colombia en zonas de extrema pobreza.

Arrebatarle jóvenes a la violencia, incluso a sus propios padres que reproducen las mismas prácticas violentas a que fueron sometidos cuando eran niños, esa es la tarea que se ha impuesto la psicóloga y magíster en Psicología Clínica en The New School for Social Research, de Nueva York, Gladys Pérez Di Vito.

En su larga experiencia trabajando con adolescentes inmersos en laberintos de drogadicción y desamparo social y familiar; seres marcados y militantes de combos y grupos armados paramilitares, guerrilleros y narcotraficantes; muchachos que creen que la vida propia o la ajena no dura más de 20 años, Pérez Di Vito dio forma a una teoría conocida como la Descontaminación Visual Humana.

La misma no es otra cosa que borrar el paisaje de violencia en el que muchos de estos jóvenes creen que transcurren sus cortas y laceradas vidas. Tal experiencia será uno de los cientos de temas que se expondrán en el XXXIII Congreso de la Sociedad Interamericana de Psicología, el cual reunirá en Medellín a 2.800 expertos del 26 al 30 de junio. Con Pérez Di Vito conversamos desde Nueva York, donde actualmente ejerce su profesión.

¿Cómo surge el concepto de descontaminación visual humana?

"De mis experiencias personales, de mis cuestionamientos sin respuestas, de esas preocupaciones que aparecen en los sueños inexplicables y del temor de perder la vida de manera violenta".

¿Hay un hecho que la haya marcado en ese sentido?

"Cuando la guerrilla me secuestró por unas horas dos cosas ocurrieron en mi vida. Desde la psicología clínica enfrenté un trauma que sufrí por un par de años, y desde la fragilidad e impotencia de ese momento, encapuchados apuntando con sus armas a mi cabeza, un cuestionamiento profundo me invadió, ¿Qué pasa en las mentes de esos que tienen las armas y se siente con poder para matarte o no. Pensé, ellos necesitan descontaminar sus mentes. La decisión de no disparar ese día me permite hoy responder esta entrevista. Ese día después de reaccionar del shock, decidí dedicar mi vida de psicóloga a identificar los elementos generadores de violencia y las condiciones que reproducen este fenómeno una y otra vez".

¿Ha logrado resolver la incógnita, cuántos años lleva en ese proceso?

"Llevo investigando este fenómeno hace más de 16 años. Hoy trabajo en Estados Unidos (Nueva York) con población vulnerable y cada vez confirmo más que la Descontaminación Visual Humana es efectiva. Mi más reciente investigación Vínculos Inseguros en la Infancia y la Correlación con el Ingreso a Grupos Insurgentes en Colombia es la que estaré presentando en el Congreso Interamericano de Psicología en Medellín, la cual arrojó resultados impactantes".

¿Cómo define usted el concepto de descontaminación visual humana?

"Como un proceso dialéctico, simultáneo y auténtico de depuración interna, a través de un cambio de visión de ambas partes (padre/hijo; gobierno/criminal; terapeuta/paciente) y de respeto a la esencia y sentido único de cada individuo incluyendo el propio".

¿Si la vida o Dios o como quiera llamarlo le dieron una nueva oportunidad el día del secuestro por qué se empecinó en seguir el camino del que debía apartarse si de descontaminación se trata?

"Por el contrario, fue en ese momento que comencé a descontaminarme. En 1992 cuando me gradué como psicóloga tuve la oportunidad de hacer el discurso de graduación y recuerdo haber escrito sobre el pánico colectivo por no saber en qué hora y lugar explotaría la próxima bomba en Medellín. Eran los momentos más críticos de la guerra contra el narcotráfico. En ese momento yo pensaba que ojalá mataran a todos los que están violentando la ciudad. La descontaminación no está en alejarse del peligro, está en acercarse a lo que uno ama, hace bien y disfruta. Desde los 14 años quería ser psicóloga, pero no sabía para qué; esa experiencia traumática paradójicamente me hizo identificar el sentido. Siento que me pagan por ser feliz, porque descontaminarme constantemente, y encauzar la transformación humana me satisface plenamente".

¿Qué hacer frente a situaciones humanas tan complejas como las de vivir dentro de vidas tan atormentadas?

"El proyecto es humano más no complejo, solo requiere entender el error del otro y el propio y aceptar al otro tal como es. En Nueva York, donde trabajo, un joven afroamericano, abusado, ha estado encarcelado varias veces y fuma marihuana, es un humano hermoso que te hace reír y siempre dice que todo está bien en su vida. En una sesión él me dijo: Gladys usted podría ser monja, pensé entonces en mis amigos sacerdotes que se hicieron psicólogos después del sacerdocio. Parece que yo me volví monja después de terminar mi maestría en psicología clínica. Lo que me hace comprometerme es que me duele el sufrimiento del otro y creo en la transformación humana".

¿Tiene razón el africano, no es fácil vivir en cumbres tan tormentosas?

"Si la persona comprometida con un proyecto humano no es auténtica, si actúa más desde el rechazo el riesgo de perder la vida aumenta. Si los que quieren una reconciliación manipulan al otro para obtener solo lo que ellos quieren el riesgo es extremo; así de simple. La autenticidad y la honestidad deben atravesar todo proyecto humano. Cuando yo me siento al frente de un grupo de jóvenes violentos o al frente de un paciente extremadamente agresivo, creo en el cambio de ese humano y siento compasión por ellos porque aunque ellos matan y violentan al mundo también sufren y aman".

¿Es posible la resocialización, a través de la descontaminación humana de muchachos que no dudan a la hora de meterte un tiro u obligar a las jóvenes en los barrios de miseria a estar con ellos vivas o muertas?

"La duda, la falta de convicción y de esperanza, derrumban todo sueño realizable. Cualquier humano normal en ausencia de psicopatía, psicosis, depresión mayor y limpio de drogas no se siente feliz de meterle un tiro al otro. Él desea la resocialización, pues a quién le gusta ser rechazado, desplazado y temido. El deseo de ser un mejor ser humano surge y debe surgir de ambas partes. Uno de los principios de la Descontaminación Visual Humana es el sentido dialéctico de cualquier tipo de relación (familiar, amigos, profesor o terapeuta etc.) El único que se debe descontaminar no es aquel que no duda en meterte un tiro, también los padres que a pesar de la miseria no renuncian a su hijo".

¿En otras palabras hay que descontaminar a toda la sociedad?

"La descontaminación no es solo de los padres y el hijo es también para el profesor que solo escucha las respuestas acertadas, es para los vecinos que ven a un niño cargando un revólver y se lo esconden para que la policía no lo atrape; la descontaminación es también para los presidentes de empresas billonarias, la policía y el gobierno que a veces renuncian a principios y derechos fundamentales. Si solo una parte se descontamina se rompen todos los procesos de resocialización".

¿ Qué hacer frente a una madre que castiga a su hijo bañándole las manos con esperma caliente o un marido que tortura a su mujer colgándola de los brazos?

"A veces los humanos también somos así, irracionales y hacemos lo que sea para sacar el dolor que se lleva adentro. En Estados Unidos hay una propaganda que se está divulgando desde 9/11: S i ves algo di algo . Ningún abuso ocurre de la noche a la mañana ni ocurre solo una vez. Existen señales de abuso infantil como agresividad, depresión, problemas de socialización, mentir constantemente y marcas físicas en los niños que pueden ser fácilmente identificables por amigos, familiares, vecinos y profesores. Si ves algo di algo, los niños necesitan ser protegidos. La madre que tortura a su hija necesita atención psicológica, psiquiátrica y alguien que la lleve a estos servicios porque ella no irá por su cuenta".

¿Es posible encontrar un camino de reconciliación entre jóvenes que tienen por método y máxima expresión de su poder a la muerte?

"Sí, es posible, mas no con ese método. La muerte violenta además de catastrófica es inefectiva y contradictoria. El que mata no está listo para reconciliarse. La muerte es quizás el único método de reconciliación que ellos conocen y el más rápido para culminar ese deseo inconsciente de sus propias muertes".



jueves, 12 de mayo de 2011

FELICITACIONES EN EL DIA DEL BUEN PASTOR

FELICITACIONES A TODOS Y TODAS LO@S EDUCADORE@S Y PASTORE@S EN SU DIA DEL CAR CENTRO ARQUIDIOCESANO PARA LA RECONCILIACIÓN

AQUÍ LES COMPARTIMOS:

FELICITACIONES TRABAJEMOS CON ÁNIMO RENOVADO EN
 LA MISIÓN CONTINENTAL

martes, 10 de mayo de 2011

EL PERDÓN Y LA RECONCILIACIÓN ES UNA FIESTA



El pasado 5 de mayo el CAR Centro Arquidiocesano para la Reconciliación llevó a cabo la Celebración Eucarística y Acto de Clausura del proyecto "Construcción de una metodología para la transformación de jóvenes vinculados al conflicto y la violencia en líderes de paz" desarrollado en alianza con Confraternidad Carcelaria de Colombia y Corporación Casa de Paz.
Con un enfoque sistémico, el proyecto se propuso dotar al participante de alternativas que le permitieran desarrollar la capacidad de elección crítica frente a la ilegalidad y la delincuencia y contribuir con procesos de liderazgo a favor de la convivencia y el desarrollo integral a partir de la elaboración del perdón y la reconciliación y bajo un acompañamiento permanente en el contexto, que les posibilitara a los participantes la inserción en su comunidad.
Como una comunidad reconciliada y reconciliadora celebramos el cierre exitoso de este proceso uniéndonos al deseo expresado por los participantes:
Señor, estas cometas siempre han volado alto según quien las eleve y según el viento que las sopla. Sé Tú Señor quien lleve nuestro destino en tus manos para que nos levantes la dignidad con la que Tú nos creaste y que no me olvide que es con mi hermano con quien levanto el vuelo"