martes, 31 de mayo de 2011

También sufre por la vida quien asesina

También sufre por la vida quien asesina
GLADYS PÉREZ DI Vito, estudiosa de los jóvenes inmersos en el conflicto colombiano, reclama para estos muchachos proyectos de descontaminación social.



José Guillermo Palacio/ Medellín / Publicado el 29 de mayo de 2011

Cortesía /En Nueva York, Gladys Pérez Di Vito (centro) trabaja con grupos vulnerables. Una actividad similar realizaba en Colombia en zonas de extrema pobreza.

Arrebatarle jóvenes a la violencia, incluso a sus propios padres que reproducen las mismas prácticas violentas a que fueron sometidos cuando eran niños, esa es la tarea que se ha impuesto la psicóloga y magíster en Psicología Clínica en The New School for Social Research, de Nueva York, Gladys Pérez Di Vito.

En su larga experiencia trabajando con adolescentes inmersos en laberintos de drogadicción y desamparo social y familiar; seres marcados y militantes de combos y grupos armados paramilitares, guerrilleros y narcotraficantes; muchachos que creen que la vida propia o la ajena no dura más de 20 años, Pérez Di Vito dio forma a una teoría conocida como la Descontaminación Visual Humana.

La misma no es otra cosa que borrar el paisaje de violencia en el que muchos de estos jóvenes creen que transcurren sus cortas y laceradas vidas. Tal experiencia será uno de los cientos de temas que se expondrán en el XXXIII Congreso de la Sociedad Interamericana de Psicología, el cual reunirá en Medellín a 2.800 expertos del 26 al 30 de junio. Con Pérez Di Vito conversamos desde Nueva York, donde actualmente ejerce su profesión.

¿Cómo surge el concepto de descontaminación visual humana?

"De mis experiencias personales, de mis cuestionamientos sin respuestas, de esas preocupaciones que aparecen en los sueños inexplicables y del temor de perder la vida de manera violenta".

¿Hay un hecho que la haya marcado en ese sentido?

"Cuando la guerrilla me secuestró por unas horas dos cosas ocurrieron en mi vida. Desde la psicología clínica enfrenté un trauma que sufrí por un par de años, y desde la fragilidad e impotencia de ese momento, encapuchados apuntando con sus armas a mi cabeza, un cuestionamiento profundo me invadió, ¿Qué pasa en las mentes de esos que tienen las armas y se siente con poder para matarte o no. Pensé, ellos necesitan descontaminar sus mentes. La decisión de no disparar ese día me permite hoy responder esta entrevista. Ese día después de reaccionar del shock, decidí dedicar mi vida de psicóloga a identificar los elementos generadores de violencia y las condiciones que reproducen este fenómeno una y otra vez".

¿Ha logrado resolver la incógnita, cuántos años lleva en ese proceso?

"Llevo investigando este fenómeno hace más de 16 años. Hoy trabajo en Estados Unidos (Nueva York) con población vulnerable y cada vez confirmo más que la Descontaminación Visual Humana es efectiva. Mi más reciente investigación Vínculos Inseguros en la Infancia y la Correlación con el Ingreso a Grupos Insurgentes en Colombia es la que estaré presentando en el Congreso Interamericano de Psicología en Medellín, la cual arrojó resultados impactantes".

¿Cómo define usted el concepto de descontaminación visual humana?

"Como un proceso dialéctico, simultáneo y auténtico de depuración interna, a través de un cambio de visión de ambas partes (padre/hijo; gobierno/criminal; terapeuta/paciente) y de respeto a la esencia y sentido único de cada individuo incluyendo el propio".

¿Si la vida o Dios o como quiera llamarlo le dieron una nueva oportunidad el día del secuestro por qué se empecinó en seguir el camino del que debía apartarse si de descontaminación se trata?

"Por el contrario, fue en ese momento que comencé a descontaminarme. En 1992 cuando me gradué como psicóloga tuve la oportunidad de hacer el discurso de graduación y recuerdo haber escrito sobre el pánico colectivo por no saber en qué hora y lugar explotaría la próxima bomba en Medellín. Eran los momentos más críticos de la guerra contra el narcotráfico. En ese momento yo pensaba que ojalá mataran a todos los que están violentando la ciudad. La descontaminación no está en alejarse del peligro, está en acercarse a lo que uno ama, hace bien y disfruta. Desde los 14 años quería ser psicóloga, pero no sabía para qué; esa experiencia traumática paradójicamente me hizo identificar el sentido. Siento que me pagan por ser feliz, porque descontaminarme constantemente, y encauzar la transformación humana me satisface plenamente".

¿Qué hacer frente a situaciones humanas tan complejas como las de vivir dentro de vidas tan atormentadas?

"El proyecto es humano más no complejo, solo requiere entender el error del otro y el propio y aceptar al otro tal como es. En Nueva York, donde trabajo, un joven afroamericano, abusado, ha estado encarcelado varias veces y fuma marihuana, es un humano hermoso que te hace reír y siempre dice que todo está bien en su vida. En una sesión él me dijo: Gladys usted podría ser monja, pensé entonces en mis amigos sacerdotes que se hicieron psicólogos después del sacerdocio. Parece que yo me volví monja después de terminar mi maestría en psicología clínica. Lo que me hace comprometerme es que me duele el sufrimiento del otro y creo en la transformación humana".

¿Tiene razón el africano, no es fácil vivir en cumbres tan tormentosas?

"Si la persona comprometida con un proyecto humano no es auténtica, si actúa más desde el rechazo el riesgo de perder la vida aumenta. Si los que quieren una reconciliación manipulan al otro para obtener solo lo que ellos quieren el riesgo es extremo; así de simple. La autenticidad y la honestidad deben atravesar todo proyecto humano. Cuando yo me siento al frente de un grupo de jóvenes violentos o al frente de un paciente extremadamente agresivo, creo en el cambio de ese humano y siento compasión por ellos porque aunque ellos matan y violentan al mundo también sufren y aman".

¿Es posible la resocialización, a través de la descontaminación humana de muchachos que no dudan a la hora de meterte un tiro u obligar a las jóvenes en los barrios de miseria a estar con ellos vivas o muertas?

"La duda, la falta de convicción y de esperanza, derrumban todo sueño realizable. Cualquier humano normal en ausencia de psicopatía, psicosis, depresión mayor y limpio de drogas no se siente feliz de meterle un tiro al otro. Él desea la resocialización, pues a quién le gusta ser rechazado, desplazado y temido. El deseo de ser un mejor ser humano surge y debe surgir de ambas partes. Uno de los principios de la Descontaminación Visual Humana es el sentido dialéctico de cualquier tipo de relación (familiar, amigos, profesor o terapeuta etc.) El único que se debe descontaminar no es aquel que no duda en meterte un tiro, también los padres que a pesar de la miseria no renuncian a su hijo".

¿En otras palabras hay que descontaminar a toda la sociedad?

"La descontaminación no es solo de los padres y el hijo es también para el profesor que solo escucha las respuestas acertadas, es para los vecinos que ven a un niño cargando un revólver y se lo esconden para que la policía no lo atrape; la descontaminación es también para los presidentes de empresas billonarias, la policía y el gobierno que a veces renuncian a principios y derechos fundamentales. Si solo una parte se descontamina se rompen todos los procesos de resocialización".

¿ Qué hacer frente a una madre que castiga a su hijo bañándole las manos con esperma caliente o un marido que tortura a su mujer colgándola de los brazos?

"A veces los humanos también somos así, irracionales y hacemos lo que sea para sacar el dolor que se lleva adentro. En Estados Unidos hay una propaganda que se está divulgando desde 9/11: S i ves algo di algo . Ningún abuso ocurre de la noche a la mañana ni ocurre solo una vez. Existen señales de abuso infantil como agresividad, depresión, problemas de socialización, mentir constantemente y marcas físicas en los niños que pueden ser fácilmente identificables por amigos, familiares, vecinos y profesores. Si ves algo di algo, los niños necesitan ser protegidos. La madre que tortura a su hija necesita atención psicológica, psiquiátrica y alguien que la lleve a estos servicios porque ella no irá por su cuenta".

¿Es posible encontrar un camino de reconciliación entre jóvenes que tienen por método y máxima expresión de su poder a la muerte?

"Sí, es posible, mas no con ese método. La muerte violenta además de catastrófica es inefectiva y contradictoria. El que mata no está listo para reconciliarse. La muerte es quizás el único método de reconciliación que ellos conocen y el más rápido para culminar ese deseo inconsciente de sus propias muertes".



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