jueves, 31 de marzo de 2011

CONSTRUCCIÓN DE UNA METODOLOGÍA PARA LA TRANSFORMACIÓN DE JÓVENES VINCULADOS AL CONFLICTO Y LA VIOLENCIA EN LÍDERES DE PAZ


 

El Centro y Arquidiocesano para la Reconciliación CAR y la Fundación Apoye en alianza con Contraternidad Carcelaria y Casa de Paz desarrollan desde enero del presente año el proyecto "Construcción de una metodología para la transformación de jóvenes vinculados al conflicto y la violencia en líderes de paz"


 

Con un enfoque sistémico, el proyecto se propone dotar al participante de alternativas que le permitan desarrollar la capacidad de elección crítica frente a la ilegalidad y la delincuencia, pero además se espera contribuir con procesos de liderazgo a favor de la convivencia y el desarrollo integral a partir de la elaboración del perdón y la reconciliación y bajo un acompañamiento permanente en el contexto, que les posibilite a los participantes la inserción en su comunidad.


 


 

La experiencia de Perdón y Reconciliación", es el espacio en donde aprendemos a transformar las rabias, odios, rencores y deseos de venganza en semillas nuevas, dejando un lugar para el perdón y la reconciliación. Esta experiencia pedagógica nos permite abrir mente y corazón para la construcción de nuevas relaciones a nivel individual, familiar, social y así restablecer la paz personal en el hogar, el medio laboral, el barrio, la ciudad y el país.


 

Mientras el tema del perdón, exige un esfuerzo grande de crecimiento interior, el tema de la Reconciliación, implica un trabajo cuidadoso de reconstrucción, de confianza y de relaciones con el otro. En esta propuesta de intervención se le apuesta por la vinculación de un componente espiritual, para la transformación no sólo desde el hacer o el saber; sino desde el ser.


 

Cuarenta jóvenes beneficiarios que durante el proceso expresan constantemente lo significativo que para ellos ha sido este proceso y el deseo de convertirse en multiplicadores, comenzando por sus familias. Se "sienten felices de ser actores en la construcción del proyecto y están dispuestos a aportar su grano de amor, para la construcción de la paz, como líderes positivos y propositivos". Los participantes asumen la actitud del perdón y la reconciliación en la cotidianidad para la transformación de su entorno.

En sus evaluaciones afirman: "Me he acercado más a Dios", "reconozco que el odio y el rencor generan en mi cuerpo enfermedades, por ello, debo evitarlos". "No volveré a estar en la esquina", "cambiaré mi círculo de amigos".

El proyecto nos plantea varios retos entre ellos la incertidumbre por las opciones laborales y de generación de ingresos del lado de la legalidad y resultado de procesos de formación ocupacional.

miércoles, 30 de marzo de 2011

El perdón devaluado

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ZENIT, El mundo visto desde Roma - Agencia de Noticias

Por Monseñor Juan del Río Martín*

MADRID, martes 29 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- El eclipse de Dios en la sociedad contemporánea ha traído, entre otras consecuencias, que el perdón humano se ha "descafeinado", se ha reducido a mera disculpa protocolaría, a venganza camuflada con el tan conocido: "yo perdono pero no olvido" y con los "perdones históricos" para evaluar hechos del pasado con mentalidad de hoy. Este tipo de perdón ni reconcilia, ni salva, ni es sanador porque le falta la fe en Dios que es clave para perdonar a "fondo perdido".

De esta secularización del perdón no se ha librado algunos sectores del catolicismo donde se ha olvidado el sentido del pecado y el significado de la misericordia eterna. En este tiempo de Cuaresma abundan las lecturas bíblicas que nos hablan de cómo es el perdón divino y de cómo debemos perdonar a nuestros semejantes. La recuperación de la centralidad de Dios en la vida cristiana, trae consigo la vuelta a lo genuinamente evangélico que es el amor a nuestros enemigos (cf. Mt 5,38), frente a la ley judaica del talión y la justa venganza que predica otros credos.

Jesucristo nos revela a un Dios de misericordia "lento a la cólera y rico en piedad". Un ejemplo de ello lo encontramos en el evangelista Lucas que ha escogido tres parábolas que tienen una estrecha relación entre sí: la oveja perdida, la moneda extraviada, el hijo pródigo (Lc 15). Todos han perdido algo. Es el mismo Dios, bajo la figura de un Buen Pastor o de un Padre, quién sale a buscar al descarriado. La alegría es grande en el encuentro entre lo que estaba perdido y Aquel que lo halló. Estamos ante el misterio del perdón divino que por muy numerosos que fueran nuestros pecados mayor es su misericordia, porque únicamente Él: olvida y limpia el pasado del pecador, se alegra con el que ha vuelto al "aprisco" y llena con su gracia el futuro del arrepentido. ¿Dónde hallar este tesoro de salvación? En la celebración frecuente del Sacramento de la Penitencia donde sentimos "la mano del Buen Pastor" que nos saca de nuestras miserias y nos conduce a la "casa del Padre" para vestirnos con la túnica de su gracia y hacernos dignos de la fiesta del banquete eucarístico.

La humildad de corazón nos posibilita a experimentar el perdón de Dios. Cuando este se conoce, la reconciliación con nuestros semejantes tiene otras claves distintas que no son las del mundo basadas en el consenso de intereses o estrategias del momento. Los cristianos en el perdón humano tenemos como único modelo a imitar a Jesucristo que murió amando a sus enemigos hasta el extremo de exclamar: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34). Desde ese acontecimiento de Muerte y Resurrección, todo ser humano es más grande que su culpa y el amor en la dimensión de la cruz sobrepasa toda justicia, vence al odio y edifica la paz entre los hombres.

Monseñor Juan del Río Martín es el arzobispo castrense de España*

lunes, 7 de marzo de 2011

CUARESMA OPCION POR LA HUMANIDAD.

La cuaresma en sí misma es un itinerario, una ruta. Como todos los años marchamos desde el Miércoles 9 de marzo, día de la santa Ceniza,  hasta la gran celebración de la Vigilia Pascual.
El punto de partida es nuestra real situación que exige una permanente revisión, desde la persona de Jesucristo, el cual nos dará las exhortaciones pertinentes para una conversión, realmente humanista.
El punto de llegada es “Que desaparezca todo obstáculo en el camino de la concordia y la Iglesia resplandezca en medio de los hombres como signo de unidad e instrumento de tu paz”(Plegaria Eucarística sobre la reconciliación II) .
la vida nueva en Jesucristo: vida de fe, de esperanza, y de caridad. Estas tres virtudes, llamadas teologales porque se refieren directamente al misterio de Dios” (Juan Pablo II).
“Que la Iglesia sea en medio de nuestro mundo, dividido por las guerras y las discordias, instrumento de unidad, de concordia y de paz” (Plegaria Eucarística V-d).
Estas dos referencias a la plegaria Eucarísticas, deben de servirnos para mantener clara nuestra misión pastoral del Perdón y la Reconciliación en nuestro ser y quehacer cotidiano.
En nuestras vidas debemos ser signo de unidad. Hay que seguir buscando realizar la voluntad del señor Jesús: “que todos sean uno, como tú padre estás conmigo  y yo contigo, que también ellos estén con nosotros, para que el mundo crea que tú me  enviaste” (Jn. 17,21).
Este tiempo de cuaresma mira a la conversión personal y comunitaria, es un tiempo para un encuentro vivo con el amor verdadero. El gran mal de nuestro tiempo tiene una expresión muy real en el reflorecer de conflictos que hace, que personas y pueblos vivan “atrapados en una espiral de imparable violencia, que continuará a cosechar  victimarios y víctimas, sin una concreta perspectiva de solución” (Juan pablo II).
Esto nos exige una actitud que purifique la memoria y lleve a las personas al Perdón. “El único camino de la Paz es el perdón….Para las naciones en busca de reconciliación y para cuantos esperan una coexistencia pacífica entre los individuos y pueblos, no hay más camino que este: el perdón recibido y ofrecido” (Juan pablo II).
Tenemos en la Iglesia el gran sacramento de la Reconciliación, que nos ayuda a tener la gracia y las fortalezas necesarias para recibir el don del perdón y vivir en la caridad y emprender una vida más solidaria.
Les deseo una feliz itinerantica cuaresmal, viviéndola  a plenitud con nosotros mismos y los hermanos.
PBRO. FABIAN EMILIO ORTEGA JIMENEZ.

CUARESMA UNA NUEVA OPORTUNIDAD

SIGNIFICADO DE LA CUARESMA.
Para nosotros los Cristianos Católicos, esta temporada del año litúrgico, tiene especial importancia, pues se prepara el corazón para la Pascua, época de la esperanza, en que se conmemora la  Pasión, la Muerte y Resurrección de Jesucristo , con el fin de humanizarnos y de esa forma darnos la salvación.
La cuaresma es un tiempo de reflexión, que nos debe llevar a la configuración, en su máxima expresión, con el Señor Jesús.
Durante la misma se acostumbra el ayuno, la limosna, la oración y la reconciliación.
A continuación daremos unas sugerencias para un verdadero Ayuno Cuaresmal, desde la propuesta Cristológica neo testamentaria:
a.  Ayuna de agresividad. Y llénate de Paciencia.
b.  Ayuna de descontento y frialdad. Y llénate de gratitud.
c.  Ayuna de pesimismo. Y llénate de optimismo.
d.  Ayuna de ansiedades y preocupaciones. Y llénate de confianza en Dios.
e.  Ayuna de menosprecio y quejas. Y llénate de apreciar lo que te rodea.
f.   Ayuna de presiones que no cesan. Y llénate de una oración confiada ante Dios.
g.  Ayuna de Egoísmo. Y llénate de amor.
h.  Ayuna de rencor. Y llénate de perdón.
i.   Ayuna de desánimo. Y llénate de Esperanza.
j.   Ayuna de pensamientos débiles. Y llénate de fortaleza.
Según Nuestro Señor Jesucristo este es  el ayuno que le encanta.
Les deseo una feliz itinerancia  de cuaresma, para que podamos, ser coherentes entre la fe y la vida. Y así seamos verdaderos Discípulos y Misioneros.
PBRO. FABIAN EMILIO ORTEGA JIMENEZ.