lunes, 7 de marzo de 2011

CUARESMA OPCION POR LA HUMANIDAD.

La cuaresma en sí misma es un itinerario, una ruta. Como todos los años marchamos desde el Miércoles 9 de marzo, día de la santa Ceniza,  hasta la gran celebración de la Vigilia Pascual.
El punto de partida es nuestra real situación que exige una permanente revisión, desde la persona de Jesucristo, el cual nos dará las exhortaciones pertinentes para una conversión, realmente humanista.
El punto de llegada es “Que desaparezca todo obstáculo en el camino de la concordia y la Iglesia resplandezca en medio de los hombres como signo de unidad e instrumento de tu paz”(Plegaria Eucarística sobre la reconciliación II) .
la vida nueva en Jesucristo: vida de fe, de esperanza, y de caridad. Estas tres virtudes, llamadas teologales porque se refieren directamente al misterio de Dios” (Juan Pablo II).
“Que la Iglesia sea en medio de nuestro mundo, dividido por las guerras y las discordias, instrumento de unidad, de concordia y de paz” (Plegaria Eucarística V-d).
Estas dos referencias a la plegaria Eucarísticas, deben de servirnos para mantener clara nuestra misión pastoral del Perdón y la Reconciliación en nuestro ser y quehacer cotidiano.
En nuestras vidas debemos ser signo de unidad. Hay que seguir buscando realizar la voluntad del señor Jesús: “que todos sean uno, como tú padre estás conmigo  y yo contigo, que también ellos estén con nosotros, para que el mundo crea que tú me  enviaste” (Jn. 17,21).
Este tiempo de cuaresma mira a la conversión personal y comunitaria, es un tiempo para un encuentro vivo con el amor verdadero. El gran mal de nuestro tiempo tiene una expresión muy real en el reflorecer de conflictos que hace, que personas y pueblos vivan “atrapados en una espiral de imparable violencia, que continuará a cosechar  victimarios y víctimas, sin una concreta perspectiva de solución” (Juan pablo II).
Esto nos exige una actitud que purifique la memoria y lleve a las personas al Perdón. “El único camino de la Paz es el perdón….Para las naciones en busca de reconciliación y para cuantos esperan una coexistencia pacífica entre los individuos y pueblos, no hay más camino que este: el perdón recibido y ofrecido” (Juan pablo II).
Tenemos en la Iglesia el gran sacramento de la Reconciliación, que nos ayuda a tener la gracia y las fortalezas necesarias para recibir el don del perdón y vivir en la caridad y emprender una vida más solidaria.
Les deseo una feliz itinerantica cuaresmal, viviéndola  a plenitud con nosotros mismos y los hermanos.
PBRO. FABIAN EMILIO ORTEGA JIMENEZ.

No hay comentarios:

Publicar un comentario